Navegando en el arte de la palabra

¡Bienvenido! ajuste su cinturón y prepárese a embarcarse en el velero de las palabras... sumérjase sin salvavidas en el sereno mar de la lectura y disfrute sin nudos este viaje a la imaginación y la distracción... Los texto que aquí presento le harán escaparse un instante de la realidad. Disfrútelos. Eduardo Pimentel (biweu)

viernes, 19 de agosto de 2011

La palabra de todos

Existe una palabra que activa mi memoria. Su semilla germina y florece en todas las personas. Es el fantasma que no te abandona. Globo que te encierra, atrapa y remonta lejos del planeta, lejos de tu historia. Ella es quien te hace ver el mundo al revés, confundir la mañana con el atardecer, lo blanco con lo beig. No importa cuanto corra de ella no me puedo esconder, y aunque no quiera, siempre caigo en su red. Como quisiera de ella no saber, vivir distante en un sitio donde no me pueda sorprender… ¿porqué en mí siempre quiere aparecer?, haciéndome vivir una realidad que no sé qué es. No la deseo escuchar me hace enloquecer. Eres la mentira que me hace padecer, la ilusión cruel de un falso querer; ¡Mejor llévame lucifer! Antes de volver a caer en los labios de otra mujer. En esa palabra ya no puedo creer, la arrancaré del hemisferio sur de mí ser. Presta atención a mi mensaje no te dejes envolver, camina lento y sin prisa, no te montes en ese tren de la mentira a flor de piel. Para mí el dilema está resuelto esa palabra dejó de ser mi centro, su esencia perdió lo bello en mis ojos ha desaparecido el destello, el brillo y el sueño. ¡No pronuncies esa palabra!, sólo me causa pena, deberían borrarla del diccionario es una vergüenza. Con ella sólo puedo sentir dolor. Por vivir de ella el cielo perdió su color. Mi corazón se dividió, se destrozó simplemente ya no latió. Ya no miro alrededor, de todo se apoderó, esa palabra se convirtió en mi prisión. Ella no tiene compasión, mi esperanza la asesinó, su fuerte y filosa espada una herida me dejó, fue tan profunda que jamás se cicatrizó. Su paso en mí vida una huella de horror me ocasionó. ¡Tú! Sufrimiento lento disfrazado de pasión ahora reconozco que no conoces el perdón sólo te sacias de la buena intención; haces lo que te place, no me sorprende que seas un Dios. Basta de insinuación, la palabra que detesto no es otra que el Amor. Para mí se terminó el tributo, se acabo la adoración. Ese sentimiento en mí murió. Verifica sino es cierto lo que he escrito, comprueba que no tengo razón y si opinas lo contrario es por que “El Amor” a ti no te llegó.                                                  
                                              Eduardo Pimentel  (biweu)

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